Lo que más beneficia y más perjudica a tus hijos en el proceso de separación familiar

Toda ruptura con enfrentamientos graves entre los progenitores es vivida por los hijos de forma traumática y como una pérdida, dejando huella en su desarrollo.

Por ello, es muy conveniente que en todas las rupturas de pareja antes de iniciar un proceso judicial contencioso se agoten siempre las posibilidades de acuerdo entre las partes, intentándolo bien por sí mismas, o bien con la ayuda de una mediación.

A través de la Mediación Familiar puedes obtener una respuesta más satisfactoria a su nueva situación familiar.

En la mediación se aborda cualquier tema relacionado con la separación: cómo decírselo a los hijos, cómo organizar el tiempo a compartir con los menores, cómo afrontar los gastos en la nueva situación familiar, cómo seguir tomando decisiones que afectan a los hijos, cómo presentar una demanda para obtener una sentencia judicial, etc.

LO QUE MÁS LE BENEFICIA A TUS HIJOS/AS (y que debes fomentar)

– Tu comportamiento, actitud y valores son un modelo de aprendizaje para tus hijos que tratarán de imitar.

– Si dialogas, tus hijos serán dialogantes. Si fomentas el conflicto, tus hijos probablemente serán conflictivos.

– Favorecer la relación de tu hijo con el otro progenitor.

– Mantener el dialogo y la comunicación entre los padres es fundamental. 

– Buscar una coherencia y complicidad en los criterios educativos a seguir, independientemente de con quién se encuentre el menor. 

– Transmitir a tus hijos cualidades positivas del otro progenitor. 

– Tomar siempre las decisiones los adultos y no delegar en los hijos. 

– Escuchar y comprender las necesidades y sentimientos de tus hijos. 

– Fomentar las relaciones del menor con los demás miembros del grupo familiar: abuelos, tíos, primos…

LO QUE MÁS PERJUDICA A TUS HIJOS (y que debes evitar)

– Creer que la sentencia judicial pone fin al conflicto familiar. 

– Implicar a los menores en el proceso judicial

– Delegar en ellos la toma de decisiones.

– Pelear, discutir y organizar escenas emocionales (llantos) o violentas (gritos) delante de ellos.

– Criticar, alejar o dificultar la relación de los hijos con el otro progenitor. Presionar a los niños en busca de información.

– Mandar mensajes a través de ellos.

– Situarlos en medio del conflicto: utilizarlos como pretexto, como arma arrojadiza, obligarles a tomar partido (aunque sea indirectamente).

Para ayudarte en la separación y en el cuidado de tus hijos durante ésta nueva y delicada etapa de tu vida te proponemos que participes en una Mediación Familiar 

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