Cómo trabajamos en una mediación
El mediador es un catalizador que transforma mensajes acusatorios, despectivos y negativos en mensajes de aceptación, reconocimiento, legitimación y revalorización.
Así el mediador no juzga, no valora, no opina, no da o quita la razón. Por el contrario, el mediador va reconstruyendo la misma historia pero desde otro ángulo: reconociendo los sentimiento de cada parte, reconstruyendo las vivencias de un modo no acusatorio, reubicando a las partes de un modo no victimista. De tal modo que la narración sea reconocida y aceptada como cierta por las dos partes, sientan recogidos sus sentimientos y sus viviencias, escuchen una nueva narración de su vivencia, en la que se incluye la percepción del otro de un modo que es aceptable y asumible.
El mediador es un espejo que recoge imagines fragmentadas y las devuelve como una imagines completa e integrada.
No inventa, no saca de su cosecha, no quita lo que no le gusta, sólo recompone las percepciones subjetivas e individuales en una imagen completa que suma todas las percepciones, redimensionando el conflicto y la vivencia de éste.
El mediador transforma posiciones en intereses.
Las posiciones suelen ser incompatibles. Discutir sobre posiciones no produce acuerdos, resulta ineficaz y pone en peligro las relaciones personales. Los intereses o necesidades son más fáciles de asumir por la otra parte, ya que no niegan los de la otra parte, no son incompatibles.
Así las partes llegan a la medición con posiciones: quiero la casa, me quedo con los niños, te vas de casa. Y el mediador busca las necesidades e intereses que hay detrás de cada posición: necesitas un lugar para vivir, no quieres perder tus hijos, necesitas una casa donde vivir.
El mediador busca cambiar de paradigma, que la partes se entiendan el conflicto reconsiderando al otro, busca por lo tanto que las partes se reubique y se recoloquen. Para ello trabajamos con la preguntas circulares.
La gente viene con una definición del conflicto y una percepción de su problema y pretendemos que al finalizar la mediación tengan una comprensión mayor de las necesidades y vivencias del otro.